Comprendemos la semilla campesina e indígena de libre dominio como portadora del conocimiento, la identidad y la cultura milenaria capaz de proyectar la política y la economía de la verdadera independencia.
Consideramos que el tratamiento actual que reciben nuestras semillas autóctonas es evidencia de que seguimos operando bajo un modelo económico insaciable, mercantilista y despiadado.
En el caso de Venezuela tenemos un reto inmenso: apropiarnos del sentir de que la agroecología es la vía de la verdadera emancipación en el marco de una economía rentista petrolera que sigue mercantilizando la naturaleza con sus prácticas extractivistas. Reconocemos que la transformación de este modelo vendrá cargada de tensiones y contradicciones, y por tanto entendemos la necesidad de comenzar lo antes posible. Es urgente, inevitable y es en este contexto que invitamos al país a asumir la semilla campesina e indígena como fundamento para la construcción del Ecosocialismo, a través del rescate de las prácticas ancestrales de producción, custodia y multiplicación de las mismas.
Reconocemos a las semillas indígenas y campesinas como patrimonio de la humanidad y consideramos que deben estar en manos de la gente que las cuida y no de un puñado de empresas que las modifican y alteran para su propio beneficio. Al uso de agroquímicos y transgénicos le decimos “¡NO!”. Promovemos el uso de buenas semillas, sus cultivos y sus conocimientos asociados.
Existe un vínculo sagrado entre el alimento y las medicinas que consumimos y las semillas
generadoras de los mismos. Este vínculo está oculto tras las cortinas impuestas por la
lógica del capital. Los Guardianes de Semillas hemos asumido el reto de descorrer el velo
que cubre este ancestral y sagrado vínculo. Queremos abrir la ventana para mostrar los
potenciales horizontes que se dibujan cuando asumimos un rol más consciente,
responsable, proactivo, ético y empoderado en el proceso de generación y usos de estos
productos.
Consideramos que corresponde al Maestro-Pueblo liderizar este proceso de refundación del modelo económico. Partiendo de la experiencia de las personas que con su proyecto de vida y ejemplo nos muestran que sólo quien bien hace es quien bien sabe, nos proponemos superar colectivamente la idea de que el conocimiento nace en la universidad y en las instituciones.
Consideramos que la Maestra Naturaleza es la escuela viva más lúcida y vigente a la cual podemos acceder para despertar nuestras conciencias. Reconociendo que los indígenas, conuqueros, campesinos y campesinas de pequeña escala y luchadores agroecológicos son sus intérpretes más atentos, pensamos que son ellos y ellas quienes pueden orientarnos en este camino hacia el postcapitalismo.
Asumimos el compromiso de sembrar en las personas, comunidades, colectivos, escuelas, universidades y espacios de trabajo la importancia de la semilla como herramienta de liberación. Las estrategias para poner en práctica este compromiso deben ser cónsonas con los principios éticos del Ecosocialismo: respetando las realidades locales en su diversidad, las dinámicas de cada comunidad y reconociendo el potencial de los saberes que allí habitan. Consideramos que solo así se podrán establecer verdaderas redes horizontales para consolidar un sistema económico comunal sustentable y una Escuela Viva de Cultura Popular.
Nuestras propuestas están orientadas en cuatro ejes fundamentales: 1) Producción, custodia, multiplicación, 2) Legislación y políticas públicas 3) Investigación y educación, 4) Comunicación
Consideramos que corresponde al Maestro-Pueblo liderizar este proceso de refundación del modelo económico. Partiendo de la experiencia de las personas que con su proyecto de vida y ejemplo nos muestran que sólo quien bien hace es quien bien sabe, nos proponemos superar colectivamente la idea de que el conocimiento nace en la universidad y en las instituciones.
Consideramos que la Maestra Naturaleza es la escuela viva más lúcida y vigente a la cual podemos acceder para despertar nuestras conciencias. Reconociendo que los indígenas, conuqueros, campesinos y campesinas de pequeña escala y luchadores agroecológicos son sus intérpretes más atentos, pensamos que son ellos y ellas quienes pueden orientarnos en este camino hacia el postcapitalismo.
Asumimos el compromiso de sembrar en las personas, comunidades, colectivos, escuelas, universidades y espacios de trabajo la importancia de la semilla como herramienta de liberación. Las estrategias para poner en práctica este compromiso deben ser cónsonas con los principios éticos del Ecosocialismo: respetando las realidades locales en su diversidad, las dinámicas de cada comunidad y reconociendo el potencial de los saberes que allí habitan. Consideramos que solo así se podrán establecer verdaderas redes horizontales para consolidar un sistema económico comunal sustentable y una Escuela Viva de Cultura Popular.
Nuestras propuestas están orientadas en cuatro ejes fundamentales: 1) Producción, custodia, multiplicación, 2) Legislación y políticas públicas 3) Investigación y educación, 4) Comunicación
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